divulgador cientifico
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“Antes de entrar en faena quiero desearos un feliz año 2018 a todos, mis queridos lectores. Este va a ser el primer post de 2018, por eso no podía tratarse de cualquier cosa. Como Tyrion Lannister en la Batalla del Aguasnegras, debía estar a la altura de la situación. No me valía con escribir cualquier mierda, quería que fuera la mejor mierda que habéis leído en este santo blog jamás. Así que, tras más gestación que el retorno de Cesc Fabregas al F.C. Barcelona, os dejo con este post inaugural de la nueva temporada 2018: 7 claves para ser un buen divulgador científico en alimentación. Que lo disfrutéis, o no”.



 

Como Tyrion Lannister en la Batalla del Aguasnegras, debía estar a la altura de la situación.

 

¿Cansado de que te tomen por el pito del sereno? ¿Intentas ser el intelectual en tus reuniones familiares sin éxito alguno? Si te mueres por el reconocimiento que mereces de tus cuñados y no lo estás logrando, te traigo una serie de consejos clave que pueden catapultarte hacia la gloria, para que así logres convertirte en un auténtico divulgador de tomo y lomo con tomate.

No es que yo sea precisamente un referente de la divulgación, ni mucho menos. Pasteur me libre. Lo que sí soy es muy observador. Y queráis que no, algo de conocimiento he adquirido durante este añito y pico divulgando la ciencia y la idiotez en SefiFood. Por todo esto, creo firmemente que lo que se avecina te va a entretener e ilustrar a partes iguales, querido lector.

Primero: abre un blog

Hay que empezar la casa por los cimientos, la presencia en Internet es fundamental y como bien dicen los expertos en marketing online: “si no apareces en Google es como si no existieras. Si te consideras experto en una materia, o simplemente tienes bastante que aportar a la Humanidad sobre alguna temática concreta eres el candidato perfecto a bloguero. Deberás plasmar todo por escrito, como si fueras un escriba en el Antiguo Egipto. Es lo que los expertos conocen coloquialmente como el síndrome Vargas Llosa.

“Cariño, sonríe como si no nos importara lo que dice este gilipollas”.

Tienes varias opciones para emprender tu andadura blogguera

a) Optar por la vía gratuita y construir un blog de forma rápida y sin muchas complicaciones, la mejor opción para quien no quiera calentarse en demasía el tarro. Puedes elegir entre wordpress.com o blogger, algunas de las plataformas más conocidas por los usuarios. Lo malo de esta opción es que el dominio vendrá con la coletilla al final “wordpress.com”. Ejemplo: sefifood.wordpress.com. Si estás empezando a divulgar, es una buena opción. Pero a la larga se te quedará corto.

b) La opción más fácil. Consiste en soltar panojita a una agencia de marketing online para que te construya a medida tu fabuloso blog. La parte negativa, además del desembolso económico, es que deberás depender de otra persona cada vez que quieras hacer un cambio en tu blog, por mínimo que sea. Esto es un inconveniente si lo que realmente quieres es aprender e investigar por tu cuenta.



c) Existe una tercera opción, el autoaprendizaje. Este te llevará a conocer de verdad el auténtico WordPress.org. Lo que yo hice, la forma guay. Lo cierto es que SefiFood en sus primeros meses de vida estuvo sujeto a la opción a), pero eso duró poco tiempo. A finales de 2016 recorrí un sendero de auto-aprendizaje donde adquirí ciertos conocimientos de marketing online, de lo contrario me hubiera pegado un tiro. Reconozco que en ocasiones estuve a punto de hacerlo. De esta forma, en 2017 logré construir un blog competente en cuanto a diseño y estructura.

Esto me permite actualizar su diseño al gusto, como buen gourmet de lo digital. Gracias a esta elección, el blog posee la capacidad de implementar nuevas funcionalidades (o como dicen los Millenials, plugins), algo que no podrás hacer con la opción gratuita de wordpress.com. El primer paso será contratar un hosting para alojar vuestro sitio web con un propio dominio (sefifood.es). Te tocará encargarte a ti solito de la configuración e instalación de WordPress, que os aseguro no es moco de pavo. Aunque bien es cierto que existen algunas empresas de hosting que te lo hacen muy fácil, como con la que yo trabajo (Webempresa). La parte buena: de esta forma dotarás a tu sitio web de una identidad propia y tendrás un control mucho mayor de todo lo que pasa en tu blog.

Con el paso del tiempo y si eres constante, te darás cuenta de que la cosa va a más. Sentirás la irresistible necesidad de escribir todo lo que pase por tu cabeza, aunque sea en un “post-it” (como todos bien sabemos, poh si se te olvida). Sufrirás en tus carnes una especie de “Síndrome de Diógenes de la creatividad”, donde no querrás que ni una sola de tus ingeniosas ideas se pierda por el camino, ya que en el futuro podría servirte como material bloguero.

Aquí puedo hablar por experiencia propia, ya que tengo quemadas las notas del móvil. De hecho los de Gúguel me han dado varios toques de advertencia porque estoy colapsando sus servidores en Mountain View, California, Estados Unidos, Planeta Tierra, Sistema Solar, Moderdonia. El otro día me enviaron un e-mail amenazante que sentenciaba:

“Si no cesas en tu afán enfermizo de escritura nos veremos obligados a emprender acciones legales, adicto a la gramática”. 

Ahí ya me acojone un poco y estoy bajando el ritmo. Cuesta mucho, la verdad es que sin las notas del móvil no podría vivir.

Segundo: conviértete en un hater de la pseudociencia

La segunda clave será honrar a la ciencia por encima de todas las cosas. Odiar con toda tu alma la pseudociencia: homeopatía, reiki, movimiento anti-vacunas, flores de Bach y de Beethoven, acupuntura, astrología,  brujería, crema hidratante, y maquillaje que de belleza al instante. Bueno eso último no.

Deberás sentir recelo casi enfermizo por todo lo que carezca de una base científica sólida contrastada, y lo que es más importante: deberás manifestarlo a los cuatro vientos y con un megáfono si hace falta. No eres un charlatán, sino un devoto de la CIENCIA en mayúsculas y todos deben saberlo.

Tercero: domina las redes sociales

Conviértete en un maestro de las redes sociales capturándolos a todos. Debes conocer las principales como Facebook, Twitter e Instagram, y si además te creas un perfil en LinkedIn serás el amo. Prescinde de tentaciones como Badoo o Tinder Sorpresa. Sin embargo, debes saber que la mejor red social para la divulgación es y siempre será Twitter, el rincón más perverso de Internet con permiso de la Deep Web y de Forocoches, pero el más molón para transmitir tus conocimientos a diestro y siniestro.

Perfil de Twitter @sefifood. Enero de 2018.

Como diría el profesor Oak, este mundo está habitado por unas criaturas llamadas Twitteros. Cuantos más caces, mejor será tu reputación online y más divertido tu día a día. Solo tienes que comprobarlo por ti mismo. ¿Mis imprescindibles? Hay muchos, pero en mi TOP están por su contenido y porque siempre son fuente de inspiración: @Scientia_JMLN, @gram_positivo, @farmagemma, @gominolasdpetro, @JulioBasulto_DN, @midietacojea, @beatrizcalidad y muchos más que seguro olvido.

En Instagram hay que estar también. Sí, es donde están los jovenzuelos de ahora. Entre foto de comida y caras bonitas podrás encontrar un hueco para ejercer tu labor divulgativa. Los stories serán tu principal fuente de visualizaciones. Hay algunos profesionales como la copa de un pino que dominan como nadie esta red social, y que yo no me pierdo por nada del mundo: @carlosriosq, @josekenji@gu_nutricion @all_nutrition_

Cuarto: fíjate muy bien en todo lo que te rodea

El principal órgano que debe tener desarrollado todo buen divulgador no es el cerebro, sino el ojo. Deberás fijarte en cada rincón que tu vista tenga la posibilidad de escudriñar. Leerás todas las etiquetas que te rodean, hasta la del pienso de tu gato. Los de Mercadona temerán cada una de tus visitas a sus establecimientos, y es que, las compras ya no serán lo mismo. A partir de ahora tardarás mínimo 2 horas, aunque solo vayas a comprar el pan, porque sentirás la obligación moral de leer todos los ingredientes, macro y micronutrientes de los alimentos que introducirás en el carrito. Lo siento, es lo que hay.

Si lo haces bien, en pocos meses sufrirás la mirada del bloguero, una terrible dolencia descubierta en el año 2013 por José Manuel López Nicolás (@Scientia_JMLN) que hasta el momento no ha sido estudiada en profundidad. La evidencia actual sugiere que es necesaria más bibliografía antes de dar ningún veredicto, sin embargo por el momento no hemos visto que provoque efectos secundarios a sus portadores más allá de la enajenación mental transitoria.

Leticia Sabater vigilando horno y lavadora a la vez.
Lo de Leticia Sabater es intrusismo. Que no te engañen, ella nunca ha tenido un blog.

Quinto: tu vocabulario debe ser impecable

En este apartado os dejo algunos consejos basados en mi experiencia personal para que vuestra escritura sea más exquisita que un canapé de salmón en Nochevieja.

  • No puedes permitirte tener fallos ortógraficos nunca, si no tu reputación se verá más dañada que la de Bill Cosby.
  • Maneja el uso de sinónimos y metáforas como el que se cambia de calzoncillos, así parecerás más culto de lo que en realidad eres.
  • Cada 50 palabras tienes que escribir “ciencia”, “EFSA” o “evidencia”, si no tus posts no valdrán ni como pienso para gorrinos.



  • Cuidadín con las palabras en inglés, no vayas de guay usando términos cuyo significado ni siquiera conoces. Si eso mírate antes de redactar un par de fascículos del Magic English.
  • Cuando escribas un artículo, léelo una y mil veces. Siempre encontrarás algún error que ha pasado desapercibido: alguna “s” que falta o sobra, tiempos verbales incorrectos, falta de signos de puntuación… Para todo esto yo tengo a mi madre con un contrato en prácticas, ella se encarga de darle una vuelta final a los artículos cual filete de pollo en la sartén. Bueno, quizá he exagerado un poco, la verdad es que está sin contrato y el único incentivo que recibe a cambio es mi amor incondicional.

Sexto: la oratoria

Un buen divulgador debe saber expresarse a las mil maravillas, de lo contrario su mensaje científico no llegará adecuadamente al destinatario. No te preocupes si eres murciano o andaluz, podrás superar esta tara lingüística con duros años de entrenamiento oral. Cuidado con las interpretaciones que hacéis de esto, no quiero que luego hayan lesiones de campanilla.

Una de las cosas que peor llevo yo es hablar pausadamente. Cuando tengo mucho que contar, las palabras se amontonan en mi boca como butifarras. Esto hace que parezca que me sobran un par de cromosomas. Párate, respira hondo y habla tranquilo.

Aprende a sintetizar, otra de las cosas que se me da fatal. Resulta que yo de pequeño hablaba mucho, sí, como un condenado. De hecho en el colegio me dijeron que hablaba hasta por los codos, pero yo nunca oía nada que saliera de ellos. Con el paso del tiempo entendí que se trataba de una metáfora, porque ya me dirás tú la putada que sería que los codos hablaran. No podrías estar tranquilo en un funeral, ni en la casa de tu… bueno, que queréis. Ya os he dicho que no se sintetizar.

Séptimo: los 7 mandamientos del buen divulgador alimentario

Como en un rodaje de Jordi ENP, dejamos lo mejor para el final. Recitad todos:

 

Ciencia nuestra, que estás en la tierra. Santificado sea tu método. Venga a nosotros tu alto grado de correlación entre variables.

 

  • No tendrás un padre nuestro, pero sí muchos papers científicos a los que recurrir en momentos de duda existencial.
  • Amarás la evidencia científica por encima de todas las cosas.
  • No irás a la Iglesia, pero sí al laboratorio aunque sea domingo.
  • No comerás carne. Pero no por la Cuaresma, sino porque es muy probable que estés concienciado con el mundo vegano o la listeriosis.
  • No rezarás, comprobarás empíricamente la realidad del mundo que te rodea.
  • No tomarás obleas porque puede que contengan trazas de gluten y lactosa.
  • No robarás el trabajo de otros, siempre existirá mención a la fuente original.



Y poco más, Macanás. Me alegra que hayas aguantado hasta aquí, eres de estómago fuerte y te mereces mis respetos. No quiero despedirme sin antes pedirte que te suscribas al blog mediante correo electrónico en caso de haber disfrutado con este post, puedes hacerlo mediante el formulario que encontrarás en la barra lateral. Así recibirás al instante todos mis nuevos posts directamente en tu correo. Sin esfuerzo alguno, como si fueras Guti. También te puedes suscribir a mi canal de YouTube para más tontunas alimentarias. ¡Hasta la próxima, Alimentos!.

4 COMENTARIOS

  1. Un treh. Me pareció interesante la información, al principio me dio una buena risa tus metáforas pero después se volvieron algo pesadas. Además, no sé si lo dices en broma pero veo que se quiere incompatibilizar la ciencia con la religión cual antónimo, lo cual me parece algo desubicado. De ahí en más muchas gracias por la información, ahora tengo más claridad. ¡Sigue así, hombre! Un abrazo desde México.

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