Un año más vuelve al tímpano ajeno el mítico villancico navideño que ningún amante de la alimentación estaba esperando. ¿No sabes qué contarle a tu cuñado durante los aperitivos de Nochebuena? Ponle este villancico, y con suerte perecerá ipso facto. Sobredosis de información directa a su pabellón auditivo contra la que no podrá hacer nada.
Después de la épica creación sonora del pasado 2018 —y tras una promesa twittera— me he visto en la obligación de tratar de emular dicha hazaña por segunda ocasión. Como oiréis, con estrepitoso resultado.
Sin más alimentación, aquí os dejo con mi clásica humillación navideña a modo de resumen de lo que ha venido siendo el año 2019 en materia del comer. Espero que os guste. O mejor que no. No sé.
Gracias por leerme. Y por sacrificar vuestros tímpanos por mí.
Mario.