“Que en el supermercado hay alimentos que no son lo que parecen es algo que no debería pillar a nadie por sorpresa a estas alturas de la película. En este periódico hemos hablado del queso que no es queso, del caviar que no es caviar, del pan integral que no es integral, de los palitos de cangrejo que no llevan cangrejo, o de la pechuga de pavo que no lleva apenas pavo.
Sin embargo, no habíamos abordado todavía otro de los fiambres más populares allende los mares: el jamón de York, que ni es de York ni es sano, por mucho que se incluya en algunas dietas y hasta se sirva en los hospitales.”
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Gracias por leerme.
Mario.